INTERNACIONAL.- En medio de las fuertes críticas en
contra del presidente Donald
Trump por su decisión de mandar al ejercito a patrullar la frontera
con México, dos gobernadores republicanos salieron hoy en defensa del primer
mandatario.
Los gobernadores de Texas y Arizona, estados
fronterizos con México, respaldaron hoy la decisión del presidente, Donald
Trump, de desplegar a la Guardia Nacional en la frontera sur del país.
Tanto el gobernador de Arizona, Doug Ducey, como el de
Texas, Greg Abbott, celebraron la decisión de Trump como una medida
“necesaria” para detener el flujo “masivo” de inmigrantes hacia el país
con la intención exclusivamente, según sus palabras, de mantener la seguridad
de sus comunidades.
Abbott, del Partido Republicano, aseguró en un comunicado
que desde que llegó al poder en enero de 2015 siempre ha mantenido “una
presencia continua” de la Guardia Nacional, junto con soldados permanentes del
Departamento de Seguridad Pública, en el área fronteriza, pero que toda ayuda
es recibida con agrado.
“La acción de hoy de la Administración Trump refuerza el
compromiso de Texas de asegurar nuestra frontera sur y defender el Estado de
Derecho, por ello, agradezco el apoyo”, valoró Abbott.
Por su parte, el gobernador de Arizona, el también
republicano Ducey, dio “la bienvenida” a este despliegue con entusiasmo, puesto
que para él era algo necesario en la región desde hacía mucho tiempo.
“Arizona celebra el despliegue de la Guardia Nacional en
la frontera. Washington ha ignorado este tema durante demasiado tiempo y se
necesita ayuda. Para Arizona, se trata de seguridad pública”, escribió en su
cuenta de Twitter.
Además de Arizona y Texas, hacen frontera con México los
estados de Nuevo México y California, cuyos gobernadores aún no se han
pronunciado.
La opinión de los gobernadores es importante porque el
cuerpo de voluntarios de la Guardia Nacional está bajo control de los estados,
aunque el presidente puede ponerlo bajo su mando en situaciones excepcionales.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristjen Nielsen,
aseguró que está en conversación con los gobernadores para conseguir el
despliegue de la Guardia Nacional “cuanto antes”.
Por otro lado, en el Congreso, Trump recibió el apoyo de
uno de los legisladores con mayor peso en la asignación de fondos para la
frontera, el republicano por Texas Michael McCaul, que preside el comité de
Seguridad Nacional en el Senado.
“Los estadounidenses merecen fronteras seguras y el
despliegue de la Guardia Nacional es un paso positivo para proporcionar la
seguridad que esta nación ha exigido desde hace mucho tiempo”, aseveró en un
comunicado McCaul, quien instó a “actuar” a sus compañeros en el Congreso.
Otros legisladores, sin embargo, se mostraron más
escépticos con los planes del presidente.
Por ejemplo, el legislador demócrata Rubén Gallego,
representante por Arizona, consideró que el plan de Trump es simplemente un
movimiento político para satisfacer a su base.
“Esto es un insulto a nuestras tropas y dañará a nuestras
Fuerzas Armadas como institución”, dijo Gallego, que luchó en la guerra de
Irak.
La decisión de Trump llega después de días de quejas del
presidente contra una caravana de cientos de inmigrantes centroamericanos que
se dirigían a Estados Unidos, aunque la Casa Blanca atribuyó la medida al
aumento en la llegada de indocumentados al país desde febrero.