SANTO DOMINGO.- En el sistema bancario de República Dominicana cualquier
servicio que el cliente solicita por simple que parezca le puede generar un
costo. Por ejemplo, la solicitud de una carta de saldo de un préstamo llega a
costar hasta 300 pesos.
No es un secreto que eso ocurre. De hecho, muchos de los datos sobre el tema están colgados en la página de internet de la Superintendencia de Bancos. Esos datos indican que las instituciones de intermediación financiera prácticamente no dan nada de gratis, o más simple aún: a prácticamente todo obtienen ganancia.
No es un secreto que eso ocurre. De hecho, muchos de los datos sobre el tema están colgados en la página de internet de la Superintendencia de Bancos. Esos datos indican que las instituciones de intermediación financiera prácticamente no dan nada de gratis, o más simple aún: a prácticamente todo obtienen ganancia.
En algunas de ellas el cobro por concepto de comisión por
sobregiro en el uso de una tarjeta de crédito es de 350 pesos; el cargo por un
cheque devuelto es de 500 pesos y por consultas de comprobante
(voucher)/reclamaciones el costo es de 300. Pero también le aplican al cliente
un cargo de 50 pesos por emisión de adicional de la tarjeta (en el caso de
algunas instituciones es de 25) y un cargo de 600 cuando se trata de la emisión
principal. Si al cliente se le ha deteriorado el plástico y quiere un reemplazo
debe pagar entre 250 y 300 pesos para eso, dependiendo de la institución.
El cargo por renovación de la tarjeta ronda los 600 pesos
y para obtener una carta de referencia del banco, el cliente debe pagarle 100
pesos a esa entidad.
El Interés por financiamiento de la tarjeta es 30 pesos,
en unos casos, y en otros de hasta 42. La comisión por avance efectivo es de
6.00. El cargo por cobertura seguro (por pérdida, falsificación o robo) es de
125 pesos en unas instituciones y de 250 en otras. Es preciso dejar claro que
estos no son números que necesariamente funcionan igual para todos los casos,
pues el abanico de instituciones del ámbito financiero es amplio en el país.
En el caso de algunas tarjetas de las existentes en el
mercado, se cobra una comisión por mora de 96 pesos. Cuando se trata de
tarjetas Oro Gold el cargo de emisión de adicional es de unos 600 pesos,
mientras que por emisión de tarjeta principal es de unos 1,200.00. El cargo por
reemplazo a causa de deterioro del plástico es de 400. El cargo por renovación
es de unos 1,200.
Hay otras tarjetas que cuando se emiten de manera
adicional, el propietario debe pagar a cambio 400 pesos, mientras que si la
emisión es principal, el costo es de 900. En algunos tipos de tarjetas, el
cargo por emisión principal es de 1,500 y el reemplazo por deterioro 1,000.
Al ahorro de las personas también se les aplica un cargo.
En este caso, se trata de un impuesto que grava con un 10% los intereses
percibidos por los depósitos de ahorro en los bancos e instituciones financieras
que operan en el país.
Ese impuesto fue creado en noviembre de 2012, en virtud
de la ley número 253-12 o Ley para el Fortalecimiento de la Capacidad
Recaudatoria del Estado para la Sostenibilidad Fiscal y el Desarrollo
Sostenible. En ese caso, no se trata de una cuestión creada por los bancos.
Voz autorizada del sector
En un artículo publicado hace varios años el presidente
de la Asociación de Bancos Comerciales (ABA), José Manuel López Valdés, definió
el impuesto al ahorro como un desincentivo para las personas que quieren
ahorrar dinero.
Mientras, en un artículo publicado en septiembre 2013 en
elCaribe, el periodista Esteban Delgado calculaba (sustentando el análisis con
cifras) que el impuesto de 10% sobre los intereses de los ahorros había tenido
efectos adversos para la economía del país en el primer año en que comenzó a
cobrarse. Planteaba que de un lado los recaudos por ese concepto eran menores
de lo esperado en RD$1,100 millones, mientras que de otro lado, había causado
un desincentivo al ahorro y una tendencia a convertir pesos en dólares,
situación que provocó un alza inesperada de la tasa de cambio.
Cuando se aborda el tema de todo lo que tiene costo a
nivel bancario necesariamente hay que referirse al impuesto a la emisión de
cheques y pagos por transferencias electrónicas, que es un impuesto que se
aplica sobre el valor de los cheques de cualquier naturaleza pagados por las
entidades de intermediación financiera sobre los pagos realizados a través de
transferencias electrónicas y sobre transferencias por concepto de pagos a las
cuentas de terceros en un mismo banco.
El impuesto también grava las operaciones bancarias tales
como: acreditaciones, transferencias de fondos, desembolsos, realizados en las
relaciones entre sus clientes y relacionados y las operaciones interbancarias
realizadas por los bancos en base a cualquier tipo de instrucción de uno o
varios de sus clientes o por su propio interés.
¿Y las transferencias de una misma persona?
El 28 de febrero de este año, la Superintendencia de
Bancos ordenó a las entidades financieras que desestimen el impuesto de 1.15% a
las transferencias entre cuentas de una misma persona.
El superintendente de Bancos, Luis Armando Asunción, informó en el momento que
la ordenanza sería enviada a los bancos del sistema financiero dominicano por
medio de un reglamento. Dijo que el sistema está bien capitalizado y que la
DGII fue informada para que no cobre esa tasa de 1.15% por transacciones
interbancarias entre cuentas de una misma persona.
Un sistema que presenta crecimiento permanente
El sistema financiero
dominicano continúa presentando una tendencia de crecimiento positiva. Al
cierre del año 2017, sus activos totales pasaron de RD$1,650 millones (RD$1.65
billones), equivalentes a un crecimiento absoluto de RD$131,938.64 millones con
relación a diciembre de 2016, y a un aumento porcentual de 8.69%. Esos datos
los ofreció la Superintendencia de Bancos. Dijo que las captaciones del público
continúan representando la principal fuente de recursos para las actividades de
intermediación financiera.
Fuente: elcaribe.com.do