INTERNACIONAL.- Una mujer francesa de 29 años tendrá que
vivir con las cicatrices físicas y emocionales provocadas por la penicilina que
ingirió y que la dejó con quemaduras de segundo grado en un 90 % de su cuerpo.
A Camille Lagier le fue suministrado el
antibiótico para un tratamiento de amigdalitis, pero desarrolló la condición
conocida como necrólisis epidérmica tóxica (TEN) que afecta a una o
dos personas entre un millón.
En el hospital de Avignon donde permaneció por varias
semanas le tuvieron que vendar todo su cuerpo. Incluso presentaba quemaduras en
la lengua y en sus genitales.
Los primeros síntomas fueron los ojos llorosos y algunas
manchas en mi espalda que se complicaron en un periodo de una hora”, dijo la
joven al Daily Mail.
“La droga que me provocó la necrólisis fue la penicilina
que empecé a tomar durante la segunda semana de septiembre porque tenía
angina”, relató.
“Yo no tomaba la penicilina desde que era pequeña, pero
una alergia puede surgir en cualquier momento”.
Los padres de Lagier la llevaron a la sala de emergencia
del hospital Avignon, donde la transportaron a la unidad de cuidado intensivo y
a la de quemados.
“Ellos hablaban de TEN muy rápido, pero nosotros no
sabíamos qué era. Era horrible porque nosostros no sabíamos que ese tipo de
enfermedad podía existir”.
No hay medicamento para tratar la enfermedad,solo la
morfina para calmar el dolor en el cuerpo.
Uno de los efectos más graves es la posibilidad de que la
persona quede ciega y hasta la muerte.