No es que las bacterias tengan olor, pero por ejemplo, ese característico olor que podemos distinguir cuando llueve o está a punto de llover, es provocado por las bacterias. Específicamente,
se trata de las actinobacterias, que cuando hay temperaturas levemente calurosas y se encuentran en un medio humedecido por el agua de la lluvia, desprenden unas diminutas esporas.
Cuando las gotas de lluvia golpean el suelo, estas esporas se desprenden para expandirse en el aire, provocando eso que llamamos “olor de lluvia”.