Fue en la universidad donde Shelby conoció a su ahora exnovio en el 2011. Inició entonces un romance con él y tal como publica el diario Daily Mail, en marzo anterior se comprometieron y la boda estaba planeada para noviembre… pero él simplemente no se quería casar.
Shelby asegura que puso todo su amor en los preparativos y en cada detalle, esperando que todo fuera perfecto.
“Puse todo mi corazón y alma en planear la boda, porque quería que el día en que celebramos nuestro amor y compromiso fuera absolutamente increíble”, dijo la joven al diario.
Los sueños de ella se desvanecieron cuando su novio le dijo que no estaba enamorado de ella y que no quería casarse, porque no quería pasar el resto de su vida a su lado.
“Bam. Mi sueño de casarme y tener hijos con el que pensaba era el hombre con quien iba a pasar el resto de mi vida, se había desvanecido. Estaba en shock y no tenía idea de qué pensar o hacer. Estaba paralizada. Los días siguientes fueron un sin fin de llamadas a los invitados y proveedores para cancelar los servicios contratados para la fiesta”, reconoció Shelby.
Pasaron los días y la fecha de la boda llegó, sus amigos le propusieron cerrar un ciclo con una sesión de fotos y ella no dudó en hacerla.
“Un día de compasión era lo que menos quería o en realidad, lo que menos necesitaba (…) Al principio me pareció una locura, pero después de pensarlo mucho, sabía que la sesión era perfecta para mí. Después de todo, era sólo un vestido, un elemento material”.
En la sesión destrozó el vestido que había comprado para la boda y la acompañaron sus padres, sus amigos, mucha pintura y champán porque ella creía que “ese 1 de noviembre se suponía que era un día de diversión y felicidad, rodeada de amigos y familiares que me quieren. Decidí que no iba a dejar que la decisión de mi ex-novio me quitara eso”.
La joven se sintió liberada y feliz y asegura que cuando la pintura tocó su vestido de novia “sentí que estaba libre del dolor. Ni siquiera puedo describir lo liberador y catártico de la experiencia. En vez de acostarme y dejar que la vida me pisotee, decidí levantarme y enfrentarlo”.
Ahora es una mujer diferente, que agradece a su ex haberla librado de un martirio…
“Gracias por liberarme de un gran futuro dolor. Gracias por empujarme a darme cuenta de mi propia fuerza… Gracias por enseñarme que nadie puede quitarme la felicidad. Gracias por dejarme ir para que pueda encontrar el verdadero amor. ¡GRACIAS!“.jpg)
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Shelby Swink es una joven de 23 años a quien su novio dejó
“plantada” una semana antes de casarse, pero en lugar de sentarse a llorar y
deprimirse, ella realizó una sesión de fotos espectacular, divertida, donde se
muestra feliz y agradecida por lo que pasó.
Fue
en la universidad donde Shelby conoció a su ahora exnovio en el 2011. Inició
entonces un romance con él y tal como publica el diario Daily Mail,
en marzo anterior se comprometieron y la boda estaba planeada para noviembre…
pero él simplemente no se quería casar.
Shelby
asegura que puso todo su amor en los preparativos y en cada detalle, esperando
que todo fuera perfecto.
“Puse
todo mi corazón y alma en planear la boda, porque quería que el día en que
celebramos nuestro amor y compromiso fuera absolutamente increíble”, dijo la
joven al diario.
Los
sueños de ella se desvanecieron cuando su novio le dijo que no estaba enamorado
de ella y que no quería casarse, porque no quería pasar el resto de su vida a
su lado.
“Bam.
Mi sueño de casarme y tener hijos con el que pensaba era el hombre con quien
iba a pasar el resto de mi vida, se había desvanecido. Estaba en shock y no
tenía idea de qué pensar o hacer.
Estaba paralizada. Los días siguientes fueron
un sin fin de llamadas a los invitados y proveedores para cancelar los
servicios contratados para la fiesta”, reconoció Shelby.
Pasaron
los días y la fecha de la boda llegó, sus amigos le propusieron cerrar un ciclo
con una sesión de fotos y ella no dudó en hacerla.
“Un
día de compasión era lo que menos quería o en realidad, lo que menos necesitaba
(…) Al principio me pareció una locura, pero después de pensarlo mucho, sabía
que la sesión era perfecta para mí. Después de todo, era sólo un vestido, un
elemento material”.
En
la sesión destrozó el vestido que había comprado para la boda y la acompañaron
sus padres, sus amigos, mucha pintura y champán porque ella creía que “ese 1 de
noviembre se suponía que era un día de diversión y felicidad, rodeada de amigos
y familiares que me quieren. Decidí que no iba a dejar que la decisión de mi
ex-novio me quitara eso”.
La
joven se sintió liberada y feliz y asegura que cuando la pintura tocó su
vestido de novia “sentí que estaba libre del dolor. Ni siquiera puedo describir
lo liberador y catártico de la experiencia. En vez de acostarme y dejar que la
vida me pisotee, decidí levantarme y enfrentarlo”.
Ahora
es una mujer diferente, que agradece a su ex haberla librado de un martirio…
“Gracias por liberarme de un gran futuro dolor. Gracias por empujarme a
darme cuenta de mi propia fuerza… Gracias por enseñarme que nadie puede
quitarme la felicidad. Gracias por dejarme ir para que pueda encontrar el
verdadero amor. ¡GRACIAS!“
Shelby Swink es una joven de 23 años a quien su novio dejó “plantada” una semana antes de casarse, pero en lugar de sentarse a llorar y deprimirse, ella realizó una sesión de fotos espectacular, divertida, donde se muestra feliz y agradecida por lo que pasó.
Fue en la universidad donde Shelby conoció a su ahora exnovio en el 2011. Inició entonces un romance con él y tal como publica el diario Daily Mail, en marzo anterior se comprometieron y la boda estaba planeada para noviembre… pero él simplemente no se quería casar.
Shelby asegura que puso todo su amor en los preparativos y en cada detalle, esperando que todo fuera perfecto.
“Puse todo mi corazón y alma en planear la boda, porque quería que el día en que celebramos nuestro amor y compromiso fuera absolutamente increíble”, dijo la joven al diario.
Los sueños de ella se desvanecieron cuando su novio le dijo que no estaba enamorado de ella y que no quería casarse, porque no quería pasar el resto de su vida a su lado.
“Bam. Mi sueño de casarme y tener hijos con el que pensaba era el hombre con quien iba a pasar el resto de mi vida, se había desvanecido. Estaba en shock y no tenía idea de qué pensar o hacer. Estaba paralizada. Los días siguientes fueron un sin fin de llamadas a los invitados y proveedores para cancelar los servicios contratados para la fiesta”, reconoció Shelby.
Pasaron los días y la fecha de la boda llegó, sus amigos le propusieron cerrar un ciclo con una sesión de fotos y ella no dudó en hacerla.
“Un día de compasión era lo que menos quería o en realidad, lo que menos necesitaba (…) Al principio me pareció una locura, pero después de pensarlo mucho, sabía que la sesión era perfecta para mí. Después de todo, era sólo un vestido, un elemento material”.
En la sesión destrozó el vestido que había comprado para la boda y la acompañaron sus padres, sus amigos, mucha pintura y champán porque ella creía que “ese 1 de noviembre se suponía que era un día de diversión y felicidad, rodeada de amigos y familiares que me quieren. Decidí que no iba a dejar que la decisión de mi ex-novio me quitara eso”.
La joven se sintió liberada y feliz y asegura que cuando la pintura tocó su vestido de novia “sentí que estaba libre del dolor. Ni siquiera puedo describir lo liberador y catártico de la experiencia. En vez de acostarme y dejar que la vida me pisotee, decidí levantarme y enfrentarlo”.
Ahora es una mujer diferente, que agradece a su ex haberla librado de un martirio…
“Gracias por liberarme de un gran futuro dolor. Gracias por empujarme a darme cuenta de mi propia fuerza… Gracias por enseñarme que nadie puede quitarme la felicidad. Gracias por dejarme ir para que pueda encontrar el verdadero amor. ¡GRACIAS!“
Shelby Swink es una joven de 23 años a quien su novio dejó “plantada” una semana antes de casarse, pero en lugar de sentarse a llorar y deprimirse, ella realizó una sesión de fotos espectacular, divertida, donde se muestra feliz y agradecida por lo que pasó.
Fue en la universidad donde Shelby conoció a su ahora exnovio en el 2011. Inició entonces un romance con él y tal como publica el diario Daily Mail, en marzo anterior se comprometieron y la boda estaba planeada para noviembre… pero él simplemente no se quería casar.
Shelby asegura que puso todo su amor en los preparativos y en cada detalle, esperando que todo fuera perfecto.
“Puse todo mi corazón y alma en planear la boda, porque quería que el día en que celebramos nuestro amor y compromiso fuera absolutamente increíble”, dijo la joven al diario.
Los sueños de ella se desvanecieron cuando su novio le dijo que no estaba enamorado de ella y que no quería casarse, porque no quería pasar el resto de su vida a su lado.
“Bam. Mi sueño de casarme y tener hijos con el que pensaba era el hombre con quien iba a pasar el resto de mi vida, se había desvanecido. Estaba en shock y no tenía idea de qué pensar o hacer. Estaba paralizada. Los días siguientes fueron un sin fin de llamadas a los invitados y proveedores para cancelar los servicios contratados para la fiesta”, reconoció Shelby.
Pasaron los días y la fecha de la boda llegó, sus amigos le propusieron cerrar un ciclo con una sesión de fotos y ella no dudó en hacerla.
“Un día de compasión era lo que menos quería o en realidad, lo que menos necesitaba (…) Al principio me pareció una locura, pero después de pensarlo mucho, sabía que la sesión era perfecta para mí. Después de todo, era sólo un vestido, un elemento material”.
En la sesión destrozó el vestido que había comprado para la boda y la acompañaron sus padres, sus amigos, mucha pintura y champán porque ella creía que “ese 1 de noviembre se suponía que era un día de diversión y felicidad, rodeada de amigos y familiares que me quieren. Decidí que no iba a dejar que la decisión de mi ex-novio me quitara eso”.
La joven se sintió liberada y feliz y asegura que cuando la pintura tocó su vestido de novia “sentí que estaba libre del dolor. Ni siquiera puedo describir lo liberador y catártico de la experiencia. En vez de acostarme y dejar que la vida me pisotee, decidí levantarme y enfrentarlo”.
Ahora es una mujer diferente, que agradece a su ex haberla librado de un martirio…
“Gracias por liberarme de un gran futuro dolor. Gracias por empujarme a darme cuenta de mi propia fuerza… Gracias por enseñarme que nadie puede quitarme la felicidad. Gracias por dejarme ir para que pueda encontrar el verdadero amor. ¡GRACIAS!“
Shelby Swink es una joven de 23 años a quien su novio dejó “plantada” una semana antes de casarse, pero en lugar de sentarse a llorar y deprimirse, ella realizó una sesión de fotos espectacular, divertida, donde se muestra feliz y agradecida por lo que pasó.
Fue en la universidad donde Shelby conoció a su ahora exnovio en el 2011. Inició entonces un romance con él y tal como publica el diario Daily Mail, en marzo anterior se comprometieron y la boda estaba planeada para noviembre… pero él simplemente no se quería casar.
Shelby asegura que puso todo su amor en los preparativos y en cada detalle, esperando que todo fuera perfecto.
“Puse todo mi corazón y alma en planear la boda, porque quería que el día en que celebramos nuestro amor y compromiso fuera absolutamente increíble”, dijo la joven al diario.
Los sueños de ella se desvanecieron cuando su novio le dijo que no estaba enamorado de ella y que no quería casarse, porque no quería pasar el resto de su vida a su lado.
“Bam. Mi sueño de casarme y tener hijos con el que pensaba era el hombre con quien iba a pasar el resto de mi vida, se había desvanecido. Estaba en shock y no tenía idea de qué pensar o hacer. Estaba paralizada. Los días siguientes fueron un sin fin de llamadas a los invitados y proveedores para cancelar los servicios contratados para la fiesta”, reconoció Shelby.
Pasaron los días y la fecha de la boda llegó, sus amigos le propusieron cerrar un ciclo con una sesión de fotos y ella no dudó en hacerla.
“Un día de compasión era lo que menos quería o en realidad, lo que menos necesitaba (…) Al principio me pareció una locura, pero después de pensarlo mucho, sabía que la sesión era perfecta para mí. Después de todo, era sólo un vestido, un elemento material”.
En la sesión destrozó el vestido que había comprado para la boda y la acompañaron sus padres, sus amigos, mucha pintura y champán porque ella creía que “ese 1 de noviembre se suponía que era un día de diversión y felicidad, rodeada de amigos y familiares que me quieren. Decidí que no iba a dejar que la decisión de mi ex-novio me quitara eso”.
La joven se sintió liberada y feliz y asegura que cuando la pintura tocó su vestido de novia “sentí que estaba libre del dolor. Ni siquiera puedo describir lo liberador y catártico de la experiencia. En vez de acostarme y dejar que la vida me pisotee, decidí levantarme y enfrentarlo”.
Ahora es una mujer diferente, que agradece a su ex haberla librado de un martirio…
“Gracias por liberarme de un gran futuro dolor. Gracias por empujarme a darme cuenta de mi propia fuerza… Gracias por enseñarme que nadie puede quitarme la felicidad. Gracias por dejarme ir para que pueda encontrar el verdadero amor. ¡GRACIAS!“
Shelby Swink es una joven de 23 años a quien su novio dejó “plantada” una semana antes de casarse, pero en lugar de sentarse a llorar y deprimirse, ella realizó una sesión de fotos espectacular, divertida, donde se muestra feliz y agradecida por lo que pasó.
Fue en la universidad donde Shelby conoció a su ahora exnovio en el 2011. Inició entonces un romance con él y tal como publica el diario Daily Mail, en marzo anterior se comprometieron y la boda estaba planeada para noviembre… pero él simplemente no se quería casar.
Shelby asegura que puso todo su amor en los preparativos y en cada detalle, esperando que todo fuera perfecto.
“Puse todo mi corazón y alma en planear la boda, porque quería que el día en que celebramos nuestro amor y compromiso fuera absolutamente increíble”, dijo la joven al diario.
Los sueños de ella se desvanecieron cuando su novio le dijo que no estaba enamorado de ella y que no quería casarse, porque no quería pasar el resto de su vida a su lado.
“Bam. Mi sueño de casarme y tener hijos con el que pensaba era el hombre con quien iba a pasar el resto de mi vida, se había desvanecido. Estaba en shock y no tenía idea de qué pensar o hacer. Estaba paralizada. Los días siguientes fueron un sin fin de llamadas a los invitados y proveedores para cancelar los servicios contratados para la fiesta”, reconoció Shelby.
Pasaron los días y la fecha de la boda llegó, sus amigos le propusieron cerrar un ciclo con una sesión de fotos y ella no dudó en hacerla.
“Un día de compasión era lo que menos quería o en realidad, lo que menos necesitaba (…) Al principio me pareció una locura, pero después de pensarlo mucho, sabía que la sesión era perfecta para mí. Después de todo, era sólo un vestido, un elemento material”.
En la sesión destrozó el vestido que había comprado para la boda y la acompañaron sus padres, sus amigos, mucha pintura y champán porque ella creía que “ese 1 de noviembre se suponía que era un día de diversión y felicidad, rodeada de amigos y familiares que me quieren. Decidí que no iba a dejar que la decisión de mi ex-novio me quitara eso”.
La joven se sintió liberada y feliz y asegura que cuando la pintura tocó su vestido de novia “sentí que estaba libre del dolor. Ni siquiera puedo describir lo liberador y catártico de la experiencia. En vez de acostarme y dejar que la vida me pisotee, decidí levantarme y enfrentarlo”.
Ahora es una mujer diferente, que agradece a su ex haberla librado de un martirio…
“Gracias por liberarme de un gran futuro dolor. Gracias por empujarme a darme cuenta de mi propia fuerza… Gracias por enseñarme que nadie puede quitarme la felicidad. Gracias por dejarme ir para que pueda encontrar el verdadero amor. ¡GRACIAS!
Shelby Swink es una joven de 23 años a quien su novio dejó “plantada” una semana antes de casarse, pero en lugar de sentarse a llorar y deprimirse, ella realizó una sesión de fotos espectacular, divertida, donde se muestra feliz y agradecida por lo que pasó.
Fue en la universidad donde Shelby conoció a su ahora exnovio en el 2011. Inició entonces un romance con él y tal como publica el diario Daily Mail, en marzo anterior se comprometieron y la boda estaba planeada para noviembre… pero él simplemente no se quería casar.
Shelby asegura que puso todo su amor en los preparativos y en cada detalle, esperando que todo fuera perfecto.
“Puse todo mi corazón y alma en planear la boda, porque quería que el día en que celebramos nuestro amor y compromiso fuera absolutamente increíble”, dijo la joven al diario.
Los sueños de ella se desvanecieron cuando su novio le dijo que no estaba enamorado de ella y que no quería casarse, porque no quería pasar el resto de su vida a su lado.
“Bam. Mi sueño de casarme y tener hijos con el que pensaba era el hombre con quien iba a pasar el resto de mi vida, se había desvanecido. Estaba en shock y no tenía idea de qué pensar o hacer. Estaba paralizada. Los días siguientes fueron un sin fin de llamadas a los invitados y proveedores para cancelar los servicios contratados para la fiesta”, reconoció Shelby.
Pasaron los días y la fecha de la boda llegó, sus amigos le propusieron cerrar un ciclo con una sesión de fotos y ella no dudó en hacerla.
“Un día de compasión era lo que menos quería o en realidad, lo que menos necesitaba (…) Al principio me pareció una locura, pero después de pensarlo mucho, sabía que la sesión era perfecta para mí. Después de todo, era sólo un vestido, un elemento material”.
En la sesión destrozó el vestido que había comprado para la boda y la acompañaron sus padres, sus amigos, mucha pintura y champán porque ella creía que “ese 1 de noviembre se suponía que era un día de diversión y felicidad, rodeada de amigos y familiares que me quieren. Decidí que no iba a dejar que la decisión de mi ex-novio me quitara eso”.
La joven se sintió liberada y feliz y asegura que cuando la pintura tocó su vestido de novia “sentí que estaba libre del dolor. Ni siquiera puedo describir lo liberador y catártico de la experiencia. En vez de acostarme y dejar que la vida me pisotee, decidí levantarme y enfrentarlo”.
Ahora es una mujer diferente, que agradece a su ex haberla librado de un martirio…
“Gracias por liberarme de un gran futuro dolor. Gracias por empujarme a darme cuenta de mi propia fuerza… Gracias por enseñarme que nadie puede quitarme la felicidad. Gracias por dejarme ir para que pueda encontrar el verdadero amor. ¡GRACIAS!
Shelby Swink es una joven de 23 años a quien su novio dejó “plantada” una semana antes de casarse, pero en lugar de sentarse a llorar y deprimirse, ella realizó una sesión de fotos espectacular, divertida, donde se muestra feliz y agradecida por lo que pasó.
Fue en la universidad donde Shelby conoció a su ahora exnovio en el 2011. Inició entonces un romance con él y tal como publica el diario Daily Mail, en marzo anterior se comprometieron y la boda estaba planeada para noviembre… pero él simplemente no se quería casar.
Shelby asegura que puso todo su amor en los preparativos y en cada detalle, esperando que todo fuera perfecto.
“Puse todo mi corazón y alma en planear la boda, porque quería que el día en que celebramos nuestro amor y compromiso fuera absolutamente increíble”, dijo la joven al diario.
Los sueños de ella se desvanecieron cuando su novio le dijo que no estaba enamorado de ella y que no quería casarse, porque no quería pasar el resto de su vida a su lado.
“Bam. Mi sueño de casarme y tener hijos con el que pensaba era el hombre con quien iba a pasar el resto de mi vida, se había desvanecido. Estaba en shock y no tenía idea de qué pensar o hacer. Estaba paralizada. Los días siguientes fueron un sin fin de llamadas a los invitados y proveedores para cancelar los servicios contratados para la fiesta”, reconoció Shelby.
Pasaron los días y la fecha de la boda llegó, sus amigos le propusieron cerrar un ciclo con una sesión de fotos y ella no dudó en hacerla.
“Un día de compasión era lo que menos quería o en realidad, lo que menos necesitaba (…) Al principio me pareció una locura, pero después de pensarlo mucho, sabía que la sesión era perfecta para mí. Después de todo, era sólo un vestido, un elemento material”.
En la sesión destrozó el vestido que había comprado para la boda y la acompañaron sus padres, sus amigos, mucha pintura y champán porque ella creía que “ese 1 de noviembre se suponía que era un día de diversión y felicidad, rodeada de amigos y familiares que me quieren. Decidí que no iba a dejar que la decisión de mi ex-novio me quitara eso”.
La joven se sintió liberada y feliz y asegura que cuando la pintura tocó su vestido de novia “sentí que estaba libre del dolor. Ni siquiera puedo describir lo liberador y catártico de la experiencia. En vez de acostarme y dejar que la vida me pisotee, decidí levantarme y enfrentarlo”.
Ahora es una mujer diferente, que agradece a su ex haberla librado de un martirio…
“Gracias por liberarme de un gran futuro dolor. Gracias por empujarme a darme cuenta de mi propia fuerza… Gracias por enseñarme que nadie puede quitarme la felicidad. Gracias por dejarme ir para que pueda encontrar el verdadero amor. ¡GRACIAS!