Los buenos modales expresan respecto a las personas con las que interactúas, y también inspiran respeto de ellos hacia ti.
Practica cortesía básica. Di “por favor” y “gracias” cuando corresponda, incluso a la persona que te atiende cuando vas a algunos Bancos Comerciales. La gente nota cuando eres cortés y respetuoso con ellos, y eso vale mucho.
Sostén las puertas abiertas para otras personas. No debes ser el chico de las puertas. Si alguien ingresa a un sitio casi al mismo tiempo que tú, detente un segundo y mantenla abierta. Di "Después de usted señor/ra", si la persona es un extraño; si no, remplaza señor/a por su nombre.
Habla educadamente. Mantén el volumen de tu voz tan bajo como te sea posible pero sin dificultar la conversación y no utilices jerga o palabras de relleno (como "entonces", "este", etc. ).
En lo posible, intenta no perder las “S”. Por ejemplo, en vez de decir “estábamo volviendo” di “estábamos volviendo”.
Ofrece tu asiento en transportes públicos. Si estás en un tren o un ómnibus y ves a alguien que tiene problemas para mantenerse parado (como una persona anciana, una mujer embarazada o alguien con mucha carga), ofrécele tu asiento. Decir algo como: "Señor, estaría encantado si aceptara mi asiento", puede hacer que la situación sea menos incómoda para la otra persona.
Felicita a las personas. Ofrece tus felicitaciones cada vez que alguien que conozcas tenga éxito en alguna cuestión (un ascenso en el trabajo o al completar la universidad, haberse casado, la llegada de un hijo), o lo que sea digno de elogiar.
Sé un conductor cortés. Manejar con buenos modales puede parecerte algo anticuado, pero es una cuestión de seguridad. Trata de seguir estos consejos:
- Si llegas a un cruce, para, así si hay otro conductor que no parece saber cómo manejar, solo dale a entender que pase él o ella primero.
- Protege a los peatones y dales suficiente espacio a los ciclistas. Recuerda, tu vehículo de dos toneladas es mucho más peligroso para ellos de lo que ellos son para ti, por lo que es tu responsabilidad asegurarte de que todos a tu alrededor estén seguros.
Trata las presentaciones con gracia. Si estás con dos personas que no se conocen entre sí, pero a las cuales sí conoces, es tu responsabilidad presentarlos.
Arréglate apropiadamente. Sea que vayas a la escuela, al trabajo, o hasta la verdulería, tu modales prístinos pasarán desapercibidos si no estás bien arreglado.
No mastiques con la boca abierta. Es una regla obvia, pero fácil de olvidar cuando estás disfrutando de una comida deliciosa.
Di “permiso” cada vez que tengas que levantarte de la mesa. Si eres un niño o un adolescente, entonces pregúntale a un mayor.
Pídele a alguien que te alcance un plato o condimentos. Nunca te cruces sobre el plato de otra persona para agarrar algo. En cambio, pídele amablemente a la persona sentada junto a ti "Por favor pásame la salsa".
No apoyes tus codos sobre la mesa mientras comes. Poner los codos sobre la mesa durante una comida es un viejo recurso para retar a la gente. Si no han comenzado a comer o ya terminaron, poner tus codos sobre la mesa es aceptable.
Utiliza tu teléfono en contextos apropiados. Por ejemplo, es de mala educación usarlo en el baño, en el medio de una reunión, cuando alguien te está ayudando, en la Iglesia y -a veces- en medios de transporte público. Si te sientes extraño utilizándolo o la gente te mira mal, quizás deberías postergar ese llamado.