viernes, 1 de julio de 2016

BARAHONA: Más que un complot, un llamado al cambio.

Por Kilssy Méndez.
OPINIÓN.- No me sorprendió que al encontrarme con una colega periodista que se desempeña en un medio reconocido de este país y que al enterarse de que ejercía mí profesión, o más bien intento ejercerla en Barahona, me haya puesto cara de ¡¿En serio?!

Y es que no es un secreto que en esta provincia los grandes periodistas y comunicadores después de 10, 20 y hasta más de 30 años desempeñándose con éxito en esta profesión de forma respetable, sigan siendo tratados como aprendices o como aquellos chicos eufóricos que acaban de salir de las aulas de alguna universidad y desean de buena gana ejercer su profesión.

Se me hace oportuno resaltar que el comunicador social es en esencia y para desarrollar un concepto propio, el gestor de una sociedad, porque siendo una voz autorizada que posee cierta representación a nivel general, se encarga de abogar y de solicitar soluciones ante las diferentes problemáticas que enfrenta la sociedad. Mientras el periodista informa para dar a conocer un problema equis, el comunicador social mira, analiza y aporta para resolver dichos problemas.

A pesar de esto y conociendo la importancia de un comunicador, en nuestra provincia se trata a este gestor no como un profesional, sino como aquella persona que realiza un “pasa tiempo” útil y termina siendo utilizado; es decir, aportan sus conocimientos obteniendo muy pocos y en muchos casos ningún beneficio, aún cuando el comunicador debe dedicar más horas al día que muchos trabajadores mejores remunerados económicamente para hacer eficientemente su trabajo.

Traigo este tema a colación porque me causaron indignación las declaraciones del director de las Empresas Radiofónicas, Tito J. Vargas, al que debo mencionar le tengo mucho respeto (independientemente de que hoy nos encontremos en puntos de vista diferentes) porque es una viva representación de trabajo arduo y superación en nuestra provincia, de llamar complot al intento tardío de varios comunicadores que pertenecieron por años al staff de los diferentes programas interactivos de Palma FM, de vivir dignamente de lo que saben como cualquier otro profesional, debido a que esta empresa, que es una de las más importantes del país como medio de comunicación radial, no les correspondiera de la misma forma en que estos comunicadores lo hicieron con ella día tras día y como otros comunicadores lo siguen haciendo.

El Pseudónimo de “La universidad de la información” con que se conoce a los programas interactivos de esta emisora,  se debe a la capacidad y conocimientos que poseen los profesionales que pertenecen a dichos espacios y no porque estos sean estudiantes y estén realizando una pasantía en dicha empresa.

Ya es tiempo de que además de reformular la razón social de dichos programas y de que sean un espacio realmente interactivo donde la población pueda hacer sus denuncias y donde la colectividad se pueda sentir representada, y no un grupo, sirva también de crecimiento para todos los que ayudan al crecimiento contínuo de esta empresa.