Pedro Román Sierra aseguró que las tierras de sus padres están valoradas en casi RD$5 millones, pero que el magistrado presuntamente se apropió de ellas de forma irregular con un acto de venta infundado, ya que su padre, fallecido, padecía del Mal de Parkinson y se encontraba en avanzada edad; en esas condiciones lo pusieron a rubricar ese documento sin la presencia de la mayoría de sus hijos.
Dijo que son nueve hermanos, pero los que firmaron la supuesta venta fueron su padre en estado inconsciente, su madre de 80 años, sus dos hermanas, una que presumía que el magistrado tomaría los predios agrícolas a media para ponerlos a producir y compartir con “los viejos”, quienes estaban impedidos por su avanzada edad y condición de salud. La madre sufre de trastornos mentales.
Aseguró que ese proceso es ilegal y por ende, están reclamando el derecho de las referidas tierras porque la firma de dos hermanos de nueve que son, invalidad el negocio.
Reafirma que sus padres ancianos no tenían la capacidad para resolver un evento de esa naturaleza.
“Nuestros viejos se encontraban prácticamente solos en la casa porque la mayoría vivimos en Santo Domingo y en el extranjero, no estuvimos presentes cuando se realizó ese contrato ilegal, la firma de mi papá se ve ilegible; mientras que a mi mamá la pusieron a firmar con sus huellas dactilares”, dijo.
Narró que en un principio su madre se encontraba desesperada porque no tenían dinero para cubrir la enfermedad de su padre y salió en busca de alguien para dar la tierra a media, y fue cuando se encontró al juez González, quien se comprometió trabajar la tierra a media.
Sin embargo, cuando venció el plazo y reclamaron su propiedad el magistrado lo rechazó, alegando que había adquirido esos terrenos.
Solicitaron a las autoridades correspondientes abrir una exhaustiva pesquisa entorno a esa situación, a fin de que sus predios sean devueltos de manera transparente.
Añadió que la familia Román Sierra solo desea que se anule la supuesta venta, para que la tierra se siga produciendo y se cumpla con lo acordado inicialmente.
Finalmente señalan que llevan mucho tiempo buscando una vía amigable y no ha sido posible porque el magistrado “no nos hace caso”.
Por Omar Medina
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