Por Leonardo Cabrera Díaz.
OPINIÓN.- La delincuencia anda
por sus fueros, a su libre albedrío sin que nada ni nadie le detenga.
Tal parece no existiera ninguna institución para combatirla,
y todos tenemos miedo, hasta nuestras propias sombras nos espantan.
Y no es para menos, vivimos en un estado de indefensión, a
merced y voluntad de forajidos y sicarios, sencillamente no hay autoridad con
autoridad.
La tranquilidad y el sosiego solo queda en el recuerdo, y en
algún pensamiento vago y difuso.
La connivencia es evidente, solo existen leyes y reglas para
los pendejos a quienes de vez en cuando y cuando conviene, lo definen serios y
honestos.
Pero ya esto "jarta," y a todos irrita, que tan
fácilmente le quiten vidas a personas valiosas y de respeto y que entre
vulgares se maten y nada pase, y solo se insista en ofrecer porcentajes en que
supuestamente las cifras de víctimas se han reducido, cuanta desfachatez y
desvergüenza, como si todos fuéramos tontos y zoquetes.
Robos, atracos, asaltos, asesinatos y drogas a diestra y
siniestra, llueva, truene o ventee da igual, me recuerda aquello de que
"aquí va mi gavilán pollero con siete uñas de gato, si no me trae carne
gallo lo mato", tal parece que la delincuencia le
ha dado un fatal giro a ese juego que cuando éramos niños jugábamos, pena de la
vida, que desgracia.
El país se desgarra y aún no saben qué hacer, no tienen
planes ni estrategias, que se puede esperar sí las autoridades, están a la
defensiva y nunca le llega su turno al bate, "tamos cogidos" por el
pichirrí", tuche y sin saca rayas y sin poder echar un "coño"
que retumbe a los cuatro vientos a ver si quien tiene que oírlo lo oye.
Es una verdadera vaina, pero tenemos que hacer algo para
salir de esta zozobra en que nos tiene la delincuencia,
hay gentes que deberían de renunciar, pero no lo hacen, ni quien puede
quitarlos, los quita, no entiendo, mientras tanto que siga el entierro, o los
entierros, porque esto es un "joder y no amanece" un amolar y siempre
boto.
Dios nos ampare.