Por Jose Pelaez.
OPINIÓN.- La Superintendencia de pensiones y sus principales
funcionarios, han iniciado una cruzada publicitaria, tendente a modificar la
actual ley 87-01 que rige el estatus para recibir una pensión. Muchas veces muy
tórrida y grandiosa. En otras menos que elemental. Irrisoria.
Es todo un mediatismo en torno al caso, pero centralizan
esa modificación tangencialmente y captar simpatías, explicando que la actual
no llena las expectativas para el pensionado, es decir que el monto aportado
actualmente por los empleados y empleadores, no alcanza para obtener un nivel
aceptable de reembolso o beneficios, a la hora del retiro. Muy buena apología.
Como siempre RD en los últimos años es dada a imitar
leyes y formatos ajenos, se lo pintan bonito y pagan un dineral para traer un
experto. En este caso han copiado el Sistema de pensiones de Chile, que hasta
hoy no ha dado los resultados, esperados por la clase trabajadora ya pensionada
.De ahí que es frecuente ver, leer y oír las recurrentes protestas de esos
trabajadores, demandando pensiones más humanas.
Hasta ahí todo parece justo y necesario, pero tal vez no
es así, debido a que su línea central, se enfoca bastante en modificar la ley
en ampliar la edad de retiro de 60 a 65 años, lo demás, parecen adornos y
palabrería.
Ahora bien, si realmente van a modificar la ley , no solo
deben incluir edad y fuentes de ingresos, sino es necesario ampliar dicha ley
con artículos que eliminen por siempre muchos privilegios y anormalidades, si
partimos del hecho de que el Estado Dominicano es el mayor empleador por las
razones que fuesen.
Luego y justo es no olvidar algunas sugerencias:
Que todo empleado público nombrado por decreto,
Secretarías, Departamentos y otros, hasta llegar al último eslabón, deberán recibir
sus reembolso o pensiones dentro lo establecido por esa única ley.
Que todas las instituciones, descentralizada o autónomas
y Banco Central, deberán regirse por ese régimen de ley.
Esa ley deberá garantizar el no derroche y relajo de
muchos buscas pensiones onerosas en instituciones alegres, con apenas haber
trabajado dos años y no reunir otros requisitos.
Es imperante incluir como beneficiario a cualquier
trabajado que halla laborado al menos 8 años, siempre que llene otros
requisitos.
Es un abuso exigir 20 años o más de aportaciones, cuando
en RD es frecuente perder un trabajo por asunto de partido y hasta por
simpatías dentro de tendencias.
Se debe incluir una forma de que cualquier ciudadano
independiente en labores, pueda, ser integrado al Sistema.
Lógico cumpliendo a cabalidad con las normas.
Otro beneficio que el trabajador debe recibir al momento
de su retiro, es su tarjeta de seguro médico.
Finalmente que dentro de esas variaciones, se establezca,
se reafirme que solo existe para todos y cada uno de los trabajadores
Dominicanos, un organismo rector para analizar y fijar los beneficios a serle
otorgado.
Esa institución deberá garantizar la pulcritud ética y
moral de esos millonarios recursos, ampliando penas y condenas a 20 años sin
fianzas a los involucrados en desfalcos, robos y conexiones mafiosas.
Esa súper estructura para pensiones, deberá ser auditada cada tres meses por la Cámara de Cuentas, junto al colegio de auditores Dominicanos y el colegio de notarios. Las auditorias deberán de publicarse en los medios
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