SANTO DOMINGO.- En su reunión de política monetaria de
diciembre de 2017, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) decidió
mantener su tasa de interés de política monetaria en 5.25% anual.
La decisión sobre la tasa de referencia se adoptó luego
de un análisis exhaustivo del balance de riesgos en torno a los pronósticos de
inflación, la evolución de los principales indicadores macroeconómicos
nacionales, el entorno internacional relevante para la economía dominicana, las
expectativas del mercado y las proyecciones de mediano plazo de ese conjunto de
variables. La inflación mensual de noviembre fue de 0.76%, provocando que la
inflación acumulada a ese mes alcanzara 3.20%. La inflación interanual alcanzó
4.14%, en torno al valor central del rango meta de 4.0%±1.0% establecido en el
Programa Monetario.
Adicionalmente, la inflación subyacente, relacionada a las
condiciones monetarias, se encuentra en 2.31% interanual. Los pronósticos
indican que la inflación se mantendría dentro del rango meta en el horizonte de
política monetaria de 24 meses.
En el contexto externo, la economía mundial cerraría el
año 2017 con un crecimiento de 3.1% mientras que las perspectivas para 2018 se
mantienen positivas proyectándose una tasa de expansión de 3.2%, según
Consensus Forecast. El dinamismo de la economía mundial en 2018 estaría
explicado, en gran medida, por el comportamiento de las economías avanzadas. En
ese sentido, las pronósticos de crecimiento para este grupo de países han sido
revisados al alza, proyectándose para Estados Unidos de América (EUA),
expansiones del producto de 2.3% en 2017 y 2.5% en 2018, mientras que para la
Zona Euro (ZE) el crecimiento sería de 2.3% y 2.1%, durante esos años. Las
presiones inflacionarias en esas economías se mantendrían moderadas,
proyectándose un 2.1% para EUA en 2017 y 2018, al tiempo que la inflación de la
ZE se ubicaría en 1.5% y 1.4%, durante igual período.
En América Latina se consolida la recuperación durante
2017. Con excepción de Venezuela, todos los países de la región presentarían
crecimiento positivo. En ese sentido, las perspectivas de crecimiento, según
Consensus Forecast, apuntan a una expansión de la economía de América Latina de
1.8% para el cierre de 2017 y de 2.6% en 2018.
Los precios internacionales de los bienes primarios
mantienen una tendencia al alza en los últimos meses, al tiempo que las
condiciones financieras internacionales se mantienen relativamente
favorables para las economías emergentes en el corto plazo por la abundante
liquidez a nivel mundial.
En el ámbito interno, la actividad económica ha
reaccionado muy positivamente a las medidas monetarias expansivas implementadas
a partir de agosto. Desde entonces, el crédito al sector privado en moneda
nacional se ha incrementado en torno a RD$55 mil millones, para un crecimiento
interanual superior a 11.5%, lo que ha contribuido a la recuperación de la
demanda interna. En efecto, informaciones preliminares del Indicador Mensual de
Actividad Económica (IMAE) señalan una expansión de 6.8% durante el mes de
noviembre, alcanzándose un crecimiento acumulado de 4.2% durante enero-noviembre
del presente año. Se prevé que las condiciones monetarias se mantendrían
favorables, contribuyendo a que el crecimiento económico se ubique en torno a
4.5% al cierre de 2017 y mejorando hasta 5.0%-5.5% para 2018.
En lo concerniente a las finanzas públicas, el Gobierno
Central mantiene la proyección de un déficit de 2.3% del PIB establecida en el
Presupuesto Nacional, en el contexto de una política fiscal más activa durante
el segundo semestre del año. Por otro lado, el sector externo continúa mostrando
un comportamiento positivo, contribuyendo al aumento de los ingresos de divisas
y al fortalecimiento de las reservas internacionales, en un entorno de
estabilidad relativa del tipo de cambio.
El Banco Central de la República Dominicana reafirma su
compromiso de conducir la política monetaria al logro de su meta de inflación y
al mantenimiento de la estabilidad macroeconómica, contribuyendo a crear las
condiciones para que la economía crezca en torno a su potencial. En ese
sentido, seguirá monitoreando la evolución de la economía mundial y la
coyuntura doméstica, a fin de adoptar las medidas necesarias ante posibles
riesgos sobre la estabilidad de precios y el buen funcionamiento de los
sistemas financiero y de pagos.