ESTADOS UNIDOS.- Todo sucedió en una guardería de
Wisconsin, Estados Unidos. El 911 recibió una llamada desesperada de Amber
Sweeney, una de las encargadas del cuidado de los pequeños, informando que un
bebé de 6 meses había sido golpeado en la cabeza y no paraba de sangrar. Fue
inmediatamente trasladado por urgencias al hospital Saint Paul de Minnesota,
donde murió minutos después. Lo que traumatizó a Sweeney, es que no fue un
accidente.
¿Cómo sucedió todo? ¿Quién mató al bebé?
Estaban en una sala común del preescolar, cuando el
pequeño se golpeó levemente con el borde de una silla. Al comenzar a llorar,
una niña de 10 años que se mantiene en el anonimato por derechos infantiles, se
desesperó y le pateó repetidamente la cabeza.
El comisario encargado del caso, James Kowalczyk, escuchó
la historia y tras investigar, corroboró que la niña de solo 10 años, había
sido la responsable del homicidio.
Sweeney, se vio obligada a declarar en su contra, e
informó a las autoridades que la niña tenía problemas del manejo de la ira, se estresaba
fácilmente y tenía comportamientos violentos al no conseguir lo que deseaba.
Un homicidio culposo, ¿de verdad quería matarlo?
El bebé presentaba múltiples fracturas de cráneo al
llegar al hospital, y un conjunto de hemorragias internas y externas que
aceleraron su muerte. Los doctores informan que debió ser golpeado por algún
objeto contundente, debido a la cantidad de hematomas.
La niña, había sido puesta en adopción un año antes, y la
adoptó la familia que manejaba la guardería. No se conocen con exactitud las
causas del proceso.
Tras ser interrogada, dio más de 5 versiones de los
hechos, pero ninguna coincidía con la historia de Sweeney, la cuidadora. Hasta
que se enfrentó a un psicólogo y dijo toda la verdad. Además de patearlo y
golpearlo en la cabeza en más de una ocasión, su finalidad era que dejara de
llorar, por lo que no pararía hasta que el niño dejara de emitir sonidos.
Declaraciones del padre del bebé “esperé 37 años por un
hijo”
Nate Leidl, habló por primera vez a la prensa después del
juicio, y explicó que no sentía compasión por la sentencia de la niña. “En vez
de ver a una niña de 10 años, vi a la persona que mató a mi bebé. Ella en mi
opinión, debía tener grilletes y esposas, ella es una criminal”, explicó.
“Esperé 37 años para tener a mi bebé. Era muy afortunado
porque el no lloraba, no se quejaba, estaba feliz todo el tiempo, era un niño
muy sonriente”.
¿Qué pasará con la niña?
Pese a tener 10 años, la gravedad del crimen hace que
esté siendo juzgada por una corte mayor. Por los momentos, fue acusada de
homicidio intencional agravado y será recluida en un centro de menores –los
detalles del tiempo se desconocen-. Tiene una fianza de 50.000 dólares, pero
ambos padres –tanto los biológicos, como los adoptivos-, negaron la posibilidad
de pagarla.
Por EFE