domingo, 2 de junio de 2019

ANÉCDOTA: La paja en el ojo ajeno

ANÉCDOTA.- Estas palabras de Jesús tienen una especial resonancia para nosotros, hoy. Todos, sin excepción, tenemos mucho que aprender de ellas. Todos, sin excepción, tenemos que escucharlas, meditarlas en nuestro corazón, y ponerlas en práctica en nuestra vida de cada día.

“¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: “Hermano, deja que te saque la paja de tu ojo”, tú que no ves la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano” (Lucas 6, 41-42)

Jesús nos conoce bien. Sabe perfectamente cuáles son nuestras mayores debilidades en el campo de las relaciones con los demás, y quiere que trabajemos intensamente para superarlas, porque son perjudiciales para nosotros en todos los sentidos.

Es evidente. Los seres humanos, hombres y mujeres de toda clase y condición, tenemos una inclinación malsana y persistente, a criticar a los otros. Vemos con mucha facilidad, tal vez más de la que quisiéramos, los defectos y las malas acciones que quienes están a nuestro alrededor tienen y realizan, y ello nos lleva a criticarlos – en nuestro corazón y de viva voz -, por una razón o por otra, la mayoría de las veces con gran dureza.

Olvidamos por completo que también nosotros tenemos defectos, y que nuestras fallas pueden ser incluso más graves que las de quienes criticamos. Entonces nos erigimos en jueces que juzgan y condenan sin piedad a todo el que se nos pone delante, a la vez que nos hacemos “los de la vista gorda” con nuestra propia conducta, o buscamos el modo de justificarla para que sea aceptada sin más.

Es muy fácil para un desalmado Juzgar, injuriar y criticar a los de mas, pero no se detiene un segundo a ver la vida que tiene, sin darse cuenta de que está forzando su propio destino con su forma de ser, que el tiempo poco a poco se está llevando las cosas valiosa de su existencia, madre, padre, hermanos, hijos, primos, amigos, destruyendo cada momento a lo que contribuiste.