viernes, 27 de septiembre de 2019

INTERNACIONAL: Por qué a Estados Unidos y China les interesa poner fin a la guerra comercial


INTERNACIONAL.- Los mercados en calma y la economía estadounidense robusta. Así es como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quiere encarar las elecciones presidenciales del próximo año.

Sin embargo, la guerra comercial con China está arrastrando lentamente la actividad económica mundial a la desaceleración y quizás, apuntan muchos analistas, a una recesión.

Por su parte, Xi Jinping ha estado lidiando con el enfriamiento de la economía en su país y hay analistas que creen que estaba bajo presión para alcanzar algún tipo de acuerdo que mitigue los problemas de los fabricantes chinos.

A ambos les conviene que esto acabe. También al resto de la comunidad internacional, que espera con incertidumbre la nueva ronda de conversaciones prevista para el mes que viene (en concreto, para el 10 y 11 de octubre, según fuentes cercanas a la negociación citadas por CNBC).

"La decisión de Trump pretende crear un buen ambiente antes de las nuevas negociaciones entre los dos países que tendrán lugar en octubre, pero que haya buena voluntad entre las partes, no significa que haya progresos reales", dice Mark Haefele, jefe de inversiones del banco suizo UBS.

El enfrentamiento entre las dos superpotencias ha perjudicado, no solo a las exportaciones mundiales, sino también la inversión y la fabricación a nivel internacional, provocando que se resienta la confianza de los empresarios y los intercambios comerciales globales.

¿Qué se juega Trump?
"Creemos que es poco probable que sea reelegido en 2020 si la economía de Estados Unidos se está contrayendo. 

Su futuro político pasa por evitar la recesión y esto, en definitiva, depende de que logre un acuerdo con China", explica Greg Meier, economista senior de la gestora internacional Allianz Global Investors.

Los datos indican que la revisión final del PIB del segundo trimestre de 2019 se mantendrá sin cambios en un crecimiento del 2% y esto supone una desaceleración con respecto al 3,1% del primer trimestre de este año.

En la misma línea piensa otro economista, Gilles Moëc, de AXA Investment Managers.

"Si suponemos que el objetivo final del presidente Trump es ser reelegido, probablemente una de las opciones más sencillas para conseguirlo es llegar a un acuerdo con China que permita a la economía estadounidense evitar la mayor parte del daño".

Esto implicaría que el posible pacto arrebataría a Pekín suficientes concesiones como para mantener del lado republicano el voto de la clase trabajadora de los estados bisagra que dieron la victoria a Trump en las elecciones de 2016.

Fueron los estados de Michigan, Pensilvania y Wisconsin, que cambiaron de manos demócratas a manos republicanas, las de Trump, por muy poco: por el 0,2%, 0,7% y 0,8% de los votos, respectivamente.