Por Bienvenido Heredia.
OPINIÓN.- Anda con su limpiabotas al hombro y su
guitarra al cinto. Canta bachata al ritmo de la que va escuchando mientras toca
con destreza la guitarra, una guitarra que adquirió en un negocio de
Barahona. No le preguntè si le regalaron el dinero para comprarla o lo ahorrò
limpiando zapatos. No podía preguntarle si se la regalò su padre, pues
éste muriò hace varios años.
Heleno Cuevas, un niño de 14 años a quien "descubrì" la noche del sábado 26 en el Malecón de esta ciudad, que vive con una tìa en la calle 7 del barrio Camboya, anda de un lado a otro buscando ganarse unos pesos con su limpiabotas, pero también dispuesto a tocar su bien afinada guitarra (afinada por él, me dijo) y cantar a cualquier ciudadano que le solicite hacerlo, sin inmutarse, sin pedir nada a cambio, aunque es importante que después de uno deleitarse con su guitarra y su canto, le recompense con algo.
Sin embargo, la idea no es "darle algo" a Heleno,
la idea es llamar la atención a las diferentes instituciones
públicas y privadas que pueden, y deben, enfocar su mirada hacia Barahona,
donde talentos como el de Heleno se pierden por no existir un lugar, una
escuela de arte para desarrollar esos talentos, aunque tenemos el liceo en arte
Ramòn Oviedo, donde también enseñan música. Si no estoy mal informado, en
el Ramòn Oviedo son educados los jóvenes que cursan el bachillerato,
terminado el ciclo, no hay un lugar donde continuar desarrollando lo aprendido.
Algunos llegan con talentos innatos o con algún entrenamiento previo.
Clamo por Heleno, el limpiabotas-guitarrista-cantante, para que en él veamos tantos otros jóvenes, hembras y varones, que no pueden hacer realidad su ilusión y destacarse en algo más que limpiar zapatos o andar deambulando por esas calles de Dios. La pobreza es su principal enemiga y la ignorancia de los demás, los hace ser atrevidos, y muchas veces, rechazados por la propia ignorancia colectiva.
Clamo por Heleno, el limpiabotas-guitarrista-cantante, para que en él veamos tantos otros jóvenes, hembras y varones, que no pueden hacer realidad su ilusión y destacarse en algo más que limpiar zapatos o andar deambulando por esas calles de Dios. La pobreza es su principal enemiga y la ignorancia de los demás, los hace ser atrevidos, y muchas veces, rechazados por la propia ignorancia colectiva.