Por: Alejandro
Santana.
OPINIÓN.- En reiteradas ocasiones, Barahona ha tenido que
vivir la vergüenza del robo de las tapas de las alcantarillas en diferentes
sectores, sin que pase nada.
Es como si de repente, los ladrones andan desafiando a las
autoridades y burlándose de los ciudadanos.
Ha sido una reiteración, el robo de esas tapas de metal, que
logran venderse en las metaleras que operan en la ciudad, y no pasa nada.
Y no es que pase nada grave, pero que los ladrones de esas
tapas y los que las compren sean sometidos a la justicia,
Sancionados con multas y prisión, sería el pago por su
osadía.
Pero no ocurre de esa manera, las roban, las autoridades las colocan de nuevo y vuelven y se las roban, es una reiteración que nos llena de vergüenza y peligro porque de repente los huecos están en las vías convirtiéndose en peligros público.
Pero no ocurre de esa manera, las roban, las autoridades las colocan de nuevo y vuelven y se las roban, es una reiteración que nos llena de vergüenza y peligro porque de repente los huecos están en las vías convirtiéndose en peligros público.
? Cuán, difícil, es atrapar a los desaprensivos ladrones¿,
parece que para nuestras autoridades es difícil, aunque las metaleras tienen
direcciones claras y son localizables, pero...
Así, pasa en los cementerios, les roban las cruces y puertas de hierro a los
panteones, se llevan de su interior cualquier cosa que aparente ser metal.
Al parecer autoridades y ciudadanos debemos ser más
diligentes en el cuido de las pertenencias públicas, para que no sigamos siendo
la vergüenza de quienes nos visitan y tengan que andar esquivando los hoyos que
dejan el robo de las tapas de nuestras alcantarillas.
Eso me preocupa, como debe preocupar a otros ciudadanos que
vemos con impotencia y vergüenza que las nuevas tapas que se colocan son
soldadas para evitar que se las lleven de nuevo.
Hemos avanzado en el ilícito, para nuestra vergüenza y la
vergüenza colectiva, y no acabamos de comprender que evitar que se las lleven
es responsabilidad de todos y que ladrones y metaleros son nuestros malos
ciudadanos y que debemos enfrentarlos.
Así no, no sigamos haciéndonos los de la vista gorda, los
ladrones de esas tapas son conocidos y los metaleros que las compran también
son conocidos y por ende los enemigos del pueblo, actuemos contra ellos que son
malos ciudadanos.