“Fernando
Simón: Una playa con viento es más contagiosa” |
INTERNACIONAL.-
La teoría de que la transmisión de COVID-19 remitirá
o desaparecerá con la llegada de las altas temperaturas ha sido desmentido por
un estudio canadiense dado a conocer este viernes y que reafirma que lo único
demostrado es que medidas como el distanciamiento físico sí funcionan.
Para aquellos que todavía creen las palabras del presidente estadounidense,
Donald Trump, que en febrero afirmó que el coronavirus desaparecería con la subida de las
temperaturas, Peter Jüni, profesor de epidemiología y medicina de la
Universidad de Toronto y principal autor del estudio, tiene un simple mensaje:
de eso nada.
Según el estudio realizado por Jüni y su equipo, y que aparece publicado hoy en
la revista Canadian Medical Association Journal (CMAJ), la realidad
es que tras estudiar los casos de 144 regiones del mundo que sumaban más de
375.000 positivos de COVID-19 hasta el 27 de marzo, los datos avalan que las
altas temperaturas no afectan a la transmisión y propagación de la enfermedad.
En una entrevista con Efe, Jüni explicó que no es cierta la idea de que la
enfermedad se comportará como la gripe o los resfriados tradicionales, que
desaparecen en gran medida en los meses más cálidos, y advirtió de la
importancia de no reabrir las escuelas antes de tiempo para evitar una marcha
atrás en la lucha contra el nuevo coronavirus.
En su estudio, Jüni y su equipo analizaron los datos de países con temperaturas medias de 31,2 grados centígrados (Burkina Faso) y áreas de Canadá con medias de -10,3 grados. Esas diferencias no tuvieron efectos en la transmisión de la enfermedad.
El
coronavirus no necesita condiciones favorables
El
profesor Jüni indicó que la principal diferencia entre el virus de la gripe y
el COVID-19 es que este último parece no necesitar condiciones favorables para
su transmisión.
“El coronavirus no necesita condiciones favorables. Deseábamos que hubiera
alguna señal, que se vio en un programa piloto, pero cuando se utilizan
realmente métodos rigurosos, esa señal desapareció. Desgraciadamente tenemos
mucha confianza en que nuestros resultados son ciertos: la temperatura o el
clima no tendrán ningún efecto”, dijo.
“Quizás la humedad hará algo, pero es muy pequeño y no bastará para ralentizar
la epidemia durante el verano. No va a pasar”, añadió.
El profesor del Instituto de Política Sanitaria, Gestión y Evaluación de la
Universidad de Toronto añadió que es incluso posible que los meses de verano
agraven la pandemia.
“No sabemos con toda seguridad qué pasa con la gripe. Lo que si es importante
es que todos tenemos una cierta inmunidad contra la gripe. Y esa es la gran
diferencia. Por eso, la gripe necesita condiciones favorables y el clima frío
es un poco más favorable que el cálido”, explicó.
“Sin embargo, la gripe también se beneficia de unas largas vacaciones estivales. Incluso con respecto a la gripe no sabemos cuánto (de su existencia) es debido al clima frío, a la menor humedad, a las temperaturas más bajas, a la menor radiación y cuánto a la vacación estival”, continuó.
Cuidado
con al vuelta al colegio
Lo
que Jüni sí verificó es que la variación entre países se explica por las
intervenciones de las autoridades sanitarias, con los cierres de escuelas, la
prevención de grandes concentraciones y las medidas de distanciamiento físico
entre las personas.
“El problema de España es que esto pasó cuando allí empezó la primavera y la
gente sale más. Por eso es tan importante la prevención de grandes
concentraciones. España fue uno de esos países desafortunados en los que el
clima fue un poco demasiado agradable cuando esto pasó”, dijo.
Jüni advirtió contra la reapertura de las escuelas con la esperanza de que el
uso de mascarillas baste para eliminar la transmisión del COVID-19.
“No sabemos si las mascarillas en la población en general y en especial entre
niños, funcionarán. Nadie lo sabe. Si se quieren reabrir las escuelas se
necesitan cierto número de medidas. La primera es asegurar que la transmisión
en la comunidad ya es baja. Eso es muy importante”, dijo.
“Segundo, hay que asegurar que absolutamente no se producen grandes
concentraciones en las escuelas. El patio escolar tiene todos los ingredientes
para el fracaso. Ir al recreo todos al mismo tiempo es un error. Se necesita un
pequeño número de alumnos por clase y sería recomendable que los profesores
vayan a pocas clases”, continuó.
“Y hay que estar seguro de que la ventilación es muy buena. Porque las
mascarillas, incluso si funcionan para las gotitas, no sirven para el aerosol,
las partículas realmente pequeñas que flotan en el aire. Y los niños pequeños
son muy difíciles de controlar. Sería mejor empezar con los niños mayores,
intentar implementar bien con ellos todas las medidas de distanciamiento
social. Y después a niños más pequeños”, dijo.
“Tenemos que tener cuidado con esto. No queremos que esto sea contraproducente. En muchas jurisdicciones está bastante bien controlado. No cometamos ahora un error”, terminó señalando.