Por William Santiago.
OPINIÓN.- A todo aquel "ex-condenado" que el Estado les niega la debida oportunidad de reintegrarse a la sociedad, con iguales derechos civiles y políticos que los demás, luego después de éste haber cumplido su pena, no podría nunca jamás hablarse de ser un verdadero Estado Social, Democrático y de Derecho.
La labor fundamental del Estado ante el sentenciado al pago de una pena, es que una vez cumplido su agravio, éste pueda ser reintegrado a la sociedad como hombre nuevo, de no hacerlo, se estaría condenando nuevamente, y por ende, dándole nuevas oportunidades para que ocurran peores hechos a quien es claro lo que necesita es apoyo y no rechazo de la sociedad.
Pues es su exclusión de la sociedad lo que hace mucho más rebelde al individuo en cuestión, no reintegrarlo con plenos derechos que los demás, es un claro mensaje para que éste asuma un acto de rebeldía total ante la sociedad... la novela los "Miserables" de Víctor Hugo, es el mejor ejemplo de lectura fresca, cuyo posterior accionar de moralidad y honestidad llevado a cabo por un ex-condenado, pese al rechazo de las autoridades, se observa luego a un hombre totalmente nuevo en sus actos, sirviendo de ejemplo de moralidad.
En dicha novela se observa el papel estelar de su protagonista de nombre Jean Valjean, quien luego de salir de prisión se redime a sí mismo por las faltas graves cometidas, y posteriormente se convierte en un hombre de bien, cuyas cualidades morales son después un preciado ejemplo a imitar.
El caso de Joan Manuel Méndez, quien fuese nombrado por el Ministerio de Cultura como director del Centro de la Cultura María Montez, de Barahona, no puede ser un caso diferente, el mismo debe ser dejado allí, ése debe ser para él, el mejor centro para dejar claro ante la sociedad que ¡Sí se puede!
¡He dicho caso cerrado!