Por: Alejandro Santana.
OPINIÓN.- San Rafael, es un paraje perteneciente al Municipio de
Paraíso, zona costera de la Provincia de Barahona con la característica de ser
un lugar paradisíaco, beneficiado por la naturaleza, con un rió de aguas
frescas y cristalinas, también un mar caribe que se ha convertido en causante
de muertes.
Como lugar paradisíaco, es constantemente visitado por
personas que nos visitan de diferentes Provincias y hasta turistas de varias
nacionalidades, pero lo más seguro es que el que viene en tours ,regrese a su
natal con un muerto,
producto de ahogamiento en las embravecidas aguas de un mar peligroso.
producto de ahogamiento en las embravecidas aguas de un mar peligroso.
Hace mucho que con exactitud, hemos perdido la sumatoria
de los que constantemente se ahogan al adentrarse a las aguas del peligroso mar
caribe.
Pese a que la atracción natural de San Rafael podría ser
sus aguas, cristalinas y frías, el que viene de otras demarcaciones se adentre
a las aguas del mar desconociendo su peligrosidad.
No existen anuncios de peligros, advertencias de no
adentrarse en las aguas del mar, pese a que en el lugar existen cientos de
vendedores y supuestos dueños de esos espacios, no se informa de los lugares
peligrosos.
Y para colme se desconoce si la competencia con relación
a la seguridad es del ayuntamiento de La Ciénaga, o Paraíso, porque no ha sido
posible delinear esa competencia, mientras siguen las muertes por ahogamientos
que regularmente afectan a los que vienen de otras demarcaciones.
Sabemos que hay una ley que obliga a la seguridad en esos
lugares, pero esta no ha sido debidamente promulgada, y sabemos que para cuando
ocurra algún día ya los muertos por ahogamientos serán cifras astronómicas,
porque así son las cosas en nuestro país.
El pasado domingo 21 de julio ocurrió el último muerto
por ahogamiento, un jovencito de la Provincia de San Cristóbal, que vino en
grupo a vacacional a San Rafael y se adentró a las aguas del mar caribe, sin
que nadie le advirtiera lo peligroso del lugar.
Terrible experiencia para la organizadora de esa aventura
que tubo que regresar a su comunidad con un muerto y la mala noticia, mientras
a nosotros nos queda la amarga obligación de dar a conocer lo del nuevo muerto.
Es oportuno aunque ya van muchas veces que se ha hecho
este llamado al Ministerio de Turismo, a los operadores de lugares de expendió
de alimentos caros y arrendamientos de espacios con precios abusivos, a los
ayuntamientos que corresponda, a las Instituciones de Servicios a que asuman
con responsabilidad esa problemática de la playa San Rafael, para que no sigan
los ahogamientos.