lunes, 27 de abril de 2020

El alcohol no protege contra la COVID-19 y su acceso debe limitarse durante el aislamiento

WASHINGTON, DC (OPS/OMS) - En la situación de aislamiento debido a la pandemia por la COVID-19, el consumo de alcohol puede exacerbar los problemas de salud, los comportamientos de riesgo, los problemas de salud mental y la violencia. La Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud recuerda a las personas que beber alcohol no las protege de la COVID-19, y alienta a los gobiernos a limitar el consumo de alcohol durante la pandemia.

Desvanecer los mitos sobre el alcohol y COVID-19
Es bien sabido que el alcohol es dañino para la salud en general y que aumenta el riesgo de violencia, incluida la violencia de pareja, las lesiones y el envenenamiento por alcohol. Como parte de su respuesta de salud pública a la COVID-19, la OPS ha trabajado con otros socios, como la Oficina Regional de la OMS para Europa, para desarrollar un documento que aborda los mitos y brinda orientación durante la pandemia: Alcohol y COVID-19: lo que necesita saber.

El miedo y la información errónea han generado el mito peligroso de que el consumo de alcohol de alta concentración puede matar el virus COVID-19. ¡No es así!  El consumo de cualquier alcohol conlleva riesgos para la salud, pero el consumo de alcohol etílico (etanol) de alta concentración, especialmente si ha sido adulterado con metanol, puede tener graves consecuencias para la salud, incluida la muerte.

El consumo de alcohol está asociado con una variedad de enfermedades transmisibles y no transmisibles y con trastornos de salud mental, que puede hacer que una persona sea vulnerable a una serie de enfermedades, incluida la COVID-19. En particular, el alcohol compromete el sistema inmunológico del cuerpo y aumenta el riesgo de resultados adversos para la salud. Por lo tanto, las personas deben minimizar su consumo de alcohol en todo momento, y particularmente durante la pandemia de COVID-19.

El alcohol es una sustancia psicoactiva que se asocia con trastornos mentales: las personas en riesgo o que tienen un trastorno por consumo de alcohol son particularmente vulnerables, especialmente cuando se encuentran en aislamiento. Los servicios médicos y de tratamiento deben estar alertas, vigilantes y listos para responder a cualquier persona que lo necesite.

Restricción del acceso al alcohol durante la pandemia de COVID-19
El alcohol es responsable de tres millones de muertes en todo el mundo. De las seis regiones de la OMS, la Región de las Américas tiene la mayor prevalencia de bebedores y la segunda mayor ingesta de alcohol en la población. Además, también es la Región con la mayor prevalencia de trastornos por consumo de alcohol entre las mujeres y la segunda más alta entre los hombres. El alcohol mata más de 300.000 personas cada año en las Américas.

“No hay absolutamente ninguna duda de que el consumo excesivo de alcohol es perjudicial. Durante la pandemia de COVID-19, debemos evitar daños a las personas confinadas en sus hogares con acceso al alcohol en cantidades que serán perjudiciales tanto para su salud como para la de otras personas en el hogar, que también podrían estar sujetas a violencia", dijo Maristela Monteiro, asesora principal sobre Alcohol de la OPS.

Las normas y regulaciones existentes para proteger la salud y reducir el daño causado por el alcohol, como restringir el acceso, deben mantenerse e incluso reforzarse durante las situaciones de emergencia y pandemia de COVID-19. En interés de la salud pública, no debe haber ninguna relajación de las regulaciones o su aplicación.

Esto debe complementarse con la comunicación al público de los riesgos del consumo de alcohol, y manteniendo y fortaleciendo los servicios para el consumo de alcohol y drogas.
Fuente: OPS/OMS