Por Nicholas Bakalar.
CIENCIA.- Los
científicos ya decodificaron el genoma del ajolote, el anfibio
mexicano que parece estar sonriendo, y descubrieron que tiene 32 mil millones
pares de bases de ADN –diez veces más que el genoma humano–. Eso lo convierte
en el genoma más grande que ha sido secuenciado en la historia.
El ajolote,
que está en peligro extinción en su hábitat, ha sido criado en laboratorios y
ha sido estudiado desde hace 150 años. Tiene una capacidad impresionante de
regenerar extremidades amputadas, incluyendo huesos, músculo y nervios; de
curar heridas sin quedar con cicatrices, y hasta de regenerar órganos internos
dañados.
El ajolote
puede curar una espina dorsal deshecha y lograr que funcione como lo hacía
antes del daño. Esa habilidad, que no existe a ese nivel en ningún otro animal,
hace que sus genes sean de particular interés.
Ahora los
investigadores, con una técnica de secuenciación genética que les permite hacer
el análisis y con otra que “lo revisa”, han obtenido herramientas para estudiar
y posiblemente manipular los genes del ajolote.
“Las técnicas
utilizadas aquí son de punta”, dijo Ryan Kerney, biólogo de Gettysburg College
y quien ha publicado varios estudios sobre genes anfibios pero que no estuvo
involucrado en esta investigación. “Los datos que resultaron son increíblemente
exhaustivos en comparación a otros genomas, sin mencionar uno tan grande como
este”.
Es la primera
vez que se secuencia un genoma de este tipo de salamandra. La razón por la que
no se había hecho es que tiene muchas partes repetidas, de acuerdo con Elly M.
Tananka, científica sénior del Instituto de Investigación de Patología
Molecular en Viena y autora sénior del nuevo estudio. Este requirió un inmenso
esfuerzo computacional, con técnicas desarrolladas específicamente para el
análisis.
“Queremos
entender los cambios inmensos en el ARN y las proteínas que producen las
células para cambiar de una adulta a una madre”, dijo Tanaka. “¿Cómo provoca
una herida un cambio tan grande? No podemos entender eso sin saber qué partes
distintas del genoma son utilizadas para alterar cómo se comportan las
células”.
Los
investigadores sí identificaron algunos de los genes que son parte del proceso
regenerativo y algunos que únicamente existen en el ajolote, pero todavía hay
mucho trabajo por hacer.
“La aventura
apenas comienza”, dijo Tanaka. “Completar el genoma abrirá la puerta a una
cantidad inmensa de oportunidades para estudiar cómo se regeneran los
organismos. Estamos tan emocionados como las personas que decodificaron por
primera vez el genoma humano”.
3 de febrero de 2018: En una versión anterior de este artículo, se decía que el ajolote tiene 32.000 pares de bases de ADN, la cifra correcta es 32 mil millones.